viernes, 26 de noviembre de 2010

Síndrome de Asperger

       El Síndrome de Asperger es un trastorno profundo del desarrollo cerebral caracterizado por deficiencias en la interacción social y coordinación motora, y por los inusuales y restrictivos patrones de interés y conducta.
       Este comportamiento fue observado y descrito por Hans Asperger, un médico austriaco, cuyo trabajo solo fue traducido al resto del mundo en los años ochenta.

Perfil del niño con Asperger

       El niño que padece de Asperger tiene un aspecto externo normal, suele ser inteligente y no tiene retraso en la adquisición del habla. Sin embargo, presenta problemas para relacionarse con los demás y en ocasiones presentan comportamientos inadecuados. La capacidad intelectual de los niños con Síndrome de Asperger es normal y su lenguaje normalmente solo se ve alterada cuando es utilizada con fines comunicativos. Suelen fijar su atención hacia un tema concreto, de manera obsesiva muchas veces, por lo que no es extraño que aprenden a leer por sí solos a una edad muy precoz, si ese es el área de su atención.

       Un niño con este Síndrome también se encontrará afectado, de manera variable, en sus conexiones y habilidades sociales, y en el comportamiento con rasgos repetitivos y una limitada gama de intereses. Tienen una comprensión muy ingenua de las situaciones sociales, y no suelen manipularlas para su propio beneficio.
       La mala adaptación que presentan en contextos sociales es fruto de un mal entendimiento y de la confusión que les crea la exigencia de las relaciones interpersonales. A pesar de sus dificultades, los niños que padecen de ese trastorno son nobles, poseen un gran corazón, una bondad sin límites, son fieles, sinceros, y poseen un sinfín de valores que podemos descubrir con tan sólo mirar un poquito en su interior.

       Se considera que el Síndrome de Asperger afecta de 3 a 7 por cada 1000 niños, entre 7 y 16 años de edad. Las cifras no son exactas, pero se reconoce que es un trastorno que afecta más frecuentemente a los niños que a las niñas.

Las causas del Asperger

       Existe un componente genético con uno de los padres. Con cierta frecuencia es el padre el que presenta un cuadro completo de Síndrome de Asperger. En ocasiones hay una clara historia de autismo en parientes próximos.
       El cuadro clínico que se presenta está influenciado por muchos factores, incluido el factor genético, pero en la mayoría de los casos no hay una causa única identificable.

domingo, 7 de noviembre de 2010

La obesidad Infantil: causas, riesgos y soluciones.

     Hemos decidido abordadarles el tema de la obesidad infantil, ya que es un factor de relevante importancia hoy día, y el cuál puede resultarl útil para todo aquel que esté involucrado en la educación de un niño.

     La obesidad infantil se trata de la acumulación excesiva de grasa corporal, especialmente en el tejido adiposo, y que se puede percibir por el aumento del peso corporal cuando alcanza 20% a más del peso ideal según la edad, la talla, y sexo de la persona en cuestión.

     Ahora hay tres veces más niños obesos que hace sólo 15 años. Las consecuencias de este avance pueden ser muy preocupantes, pero las soluciones existen: la clave está en modificar los hábitos.
     El crecimiento de la obesidad infantil en España es espectacular y preocupante: si hace 15 años, el 5% de los niños españoles eran obesos, esta proporción es ahora del 16%.
   

     La causa de esta verdadera epidemia (que puede tener consecuencias muy negativas en el futuro) es, básicamente, el cambio de hábitos. Y sobre todo en lo referente a la alimentación y el sedentarismo. Los niños, en gran parte por influencia de los padres, abandonan el consumo de frutas, verduras, legumbres y pescado, en favor de la comida rápida, "chuches" y bollería. Por lo que respecta al sedentarismo, las actividades físicas tradicionales se están cambiando por la televisión y los videojuegos.

    La solución, sin embargo, existe. Dado que casi todos los factores asociados a la obesidad infantil están relacionados con el estilo de vida, (excluyendo algunos casos poco comunes de patologías o factores genéticos), cambiando algunas costumbres podemos luchar eficazmente con este problema. Inculcar a nuestros hijos unos buenos hábitos alimenticios y fomentar su actividad física (deporte, juegos, paseos, excursiones,…) es fundamental para prevenir o remediar su obesidad, y de paso habremos hecho mucho para evitar que tengan sobrepeso de mayores.
     La obesidad puede suponer al niño problemas físicos (diabetes tipo II, hipertensión, triglicéridos y colesterol, trastornos hepáticos,…) y sicológicos (baja autoestima, estigma social,…).

jueves, 4 de noviembre de 2010

Fobia escolar.

Hemos decido hacer esta entrada sobre la fobia escolar porque pensamos que puede resultarles útil  para detectar o afrontar este problema en sus aulas. Esperamos que les sea de gran ayuda.

La fobia escolar.
La fobia escolar es una fobia específica que se puede definir como una experiencia de intensa ansiedad cuando el niño va o piensa que tiene que ir a la rsdcuela. Sería por tanto, un rechazo prolongado relacionado con algún miedo específico que se encuadraría en alguna de estas posibolidades:
  • Miedos relacionados con aspectos concretos del colegio: miedo a un profesor, miedo a los compañeros, miedo al fracaso escolar, miedo a que se puedan reir de él...
  • Vivencias traumáticas: situaciones vitales negativas.
Los síntomas de la fobia escolar pueden ser:
  • A nivel comportamental: evitación activa de ir a la escuela, escaparse, no desayunar, vestirse muy despacio, desvestirse, esconder la ropa, vomitarse encima...
  • A nivel psicofisiológico: sudoración, tensión muscular, diarrea, vómitos, necesidad de orinar constantemente y taquicardia.
  • A nivel cognitivo: miedo a que le vayan a preguntar, miedo a hacer el ridículo, miedo a que le agredan..
A parte de estas fobias, pueden presetar miedo a ensuciarse en el patio, miedo a hacerse daño...
La fobia escolar no tiene nada que ver con hacer novillos, pero puede terminar en ello.


Papel del maestro
  • Comunicarnos con los padres, si el niño/a no está en tratamiento planteárselo delicadamente.
  • Favorecer en el niño experiencias de éxito.
  • Intentar racionalizar el miedo que nos cuenta el niño/a.